Un trabajo fuera de Madrid y 1000 Km para charlar.
Nos conocíamos hace ya años, coincidiamos cada cierto tiempo en trabajos, teniamos clientes en común que nos subcontrataban, siempre habían sido trabajos en Madrid, intensos y con prisa no había mucho tiempo para charlar, esta vez sería diferente, 500 Km de ida y otros tantos de vuelta dan para mucho y a los dos se nos suelta el pico con facilidad y, hablando hablando resultó que teníamos experiencias propias y objetivos comunes. Una cosa llevó a la otra y, aquí estamos.